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Descendimiento | El No-manifiesto Performativo-instalativo

Teatro de La Abadía. Abril 2021.

"En la hora y media de Descendimiento la única posibilidad es no intentar entender."

Voy a experimentar cómo se hace un texto de seudocrítica teatral sobre una posible acción performativa-instalativa. La performance no es teatro. No se quiere como teatro. No pretende serlo pero navega en sus límites. Hay poesía (Descendimiento, de Ada Salas), pero no es poesía porque aparece limitada por un recitado casi documental. Hay cuerpos pero no personaje. Hay atrezzo pero no es entorno. Hay vestuario pero fragmentado. Hay sonido. Pero no es teatro. No puedo, entonces hacer una seudocrítica teatral. Sin embargo está en el Teatro Abadía, y hay un director y hasta un programa. La intención declarada del autor es la de llevar el texto a escena, pero no hacer teatro con ese Descendimiento.


"La presentación fue una sucesión de acontecimientos unidos por un texto poético. Algunos puramente estéticos, como la hermosa nube textil. Otros en representación del diálogo constante de su no-autor con el rito religioso de nuestra tradición."

Voy, entonces, a hacer un texto de seudocrítica no-teatral sobre una posible acción performativa-instalativa. Pero ¿por donde empezar en un arte que quiere ser conciencia crítica del arte, y por lo tanto quedar fuera sin salir de él? Quizá hablando de su lugar en el límite. La búsqueda del límite de la expresión es difícil jugarla en un teatro físico. Con sus recursos sonoros, lumínicos, escénicos. Quizá el límite estaba en la forma de conjugarlos todos ellos. Si es así, eso estaba conseguido. La presentación fue una sucesión de acontecimientos unidos por un texto poético. Algunos puramente estéticos, como la hermosa nube textil. Otros en representación del diálogo constante de su no-autor con el rito religioso de nuestra tradición. Pero las palabras se fugan hacia la descripción cada vez que intento decir qué viví en descendimiento, dado que describir una parte es desmerecer el todo.




"El Niño de Elche transmite tanto y tan deprisa que justifica, mal que le pese, toda la obra. Su voz envuelve y seduce."

Habrá, por lo tanto que hacer un texto de no-seudocrítica no-teatral sobre una posible acción performativa instalativa. Si uno se deja llevar en Descendimiento, la voz aparece ubicua, y aplasta todo texto. El Niño de Elche transmite tanto y tan deprisa que justifica, mal que le pese, toda la obra. Su voz envuelve y seduce. Los músicos fueron auténticos intérpretes en todos los sentidos, y las composiciones tan sencillas como gigantes. Tanto fue así que los cuerpos – todos – quedaron más representados por las transiciones para ordenar y recoger el velo o sacar atrezzo, que por otra cosa. No hubo acción, si no en la forma de no-accionar. Ni siquiera en los momentos finales de dejarse ir.


"Los músicos fueron auténticos intérpretes en todos los sentidos, y las composiciones tan sencillas como gigantes."

"... hay un umbral a partir del cual la pluralidad del sentido se vuelve inaprensible..."

Nos queda, si esto es así, hacer un texto de no-seudocrítica no-teatral sobre una posible no-acción performativa-instalativa. Pero ¿qué decir sobre una disciplina que escapa al sentido? En la hora y media de Descendimiento la única posibilidad es no intentar entender. Tarea imposible en esta parte del espectro de las especies, dado que es nuestra seña de identidad específica. La estrechez en el sentido de una obra nos puede aburrir por defecto. La dispersión del sentido se vuelve interesante a medida que propone viajes diferentes por mundos diferentes. Pero hay un umbral a partir del cual la pluralidad del sentido se vuelve inaprensible, y el mundo de lo posible desaparece. E, igual que nuestra atención, lo performativo-instalativo se difumina más allá de las palabras y queda entre paréntesis.


Buscaríamos, pues, un texto de no-seudocrítica no-teatral sobre una no-posible no-acción (performativa-instalativa):


Una piedra en la boca

Y no pueden hablar

Lo que han de decir los sobrepasa

...

Lo que digo es más grande que yo Ada Salas, Descendimiento


Pero eso es, ya de nuevo, Descendimiento.


Y, finalmente, sólo puedo hacer un no-texto de no-seudocrítica no-teatral sobre una no-posible no-acción (performativa-instalativa). Aquí está:






¡Esta obra esta en escena hasta el 24 de Abril!

Para comprar entradas, sigue el link:




 

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Dirección de Tito Asorey

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Dirección de Nao Albet y Marcel Borrás

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Entrevista con Ada Salas:







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