La Levísima Trinidad.
- Iñigo Castanedo
- Jan 7, 2021
- 1 min read
“Mi sangre se ha transformado en tinta. …
Estoy envenenado hasta la médula.”
Jean Cocteau.
Invocación
Versos escribía Con tinta de sangre, y cada verso Cobraba vida
Hola, Baalas Taradczi, gran exégeta Hola, Johanna Dermosio, tremenda alquimista Hola, Amón Deúsimo, altruista y feliz envejecedor
Bienvenidos a este espacio mío
Tenéis los tres algunas cosas en común
Ninguno existís, salvo en este poema Si no fuera por él, no sé bien qué seríais, Aparte de una infinitésima posibilidad En un cuarto infinito lleno de infinitos monos
Y, ahora, los tres sois lo que sois,
Salvo tú Amón que fuiste también mujer y tal vez lo puedas volver a ser O tú, Johanna, que fuiste y sigues siendo perro, sin siquiera Y tú, Baalas, que fuiste un dios de género casi neutro, hasta que adquiriste conciencia desgraciada de ti, pobre e indigente
Sois tres, empecéis por donde empecéis la cuenta Y eso os une
Sois seres humanos, pero no del todo Y eso os une
Sois inexistentes, salvo en este espacio, Y eso, aparentemente, nos une
Os asesino consciente de que ya, Por virtud de vuestro ser arriba explicado, No podéis morir.
Por eso, generosamente:
FIN
Más poesía en:
Comments