"... la entrevista quería rigorizar y traer a capítulo a uno de nuestros supervillanos favoritos de las dos últimas décadas: Eufemiano Fuentes."
Estaba yo ocupándome de lo importante, es decir, de los extraños efectos de la primavera sobre y folio y sello, cuando casi sin querer vi una entrevista en la televisión. La ejercía o aplicaba un líder de audiencia, Jordi Évole; y la entrevista quería rigorizar y traer a capítulo a uno de nuestros supervillanos favoritos de las dos últimas décadas: Eufemiano Fuentes.
"... Évole había estado persiguiendo a Fuentes durante cuatro años para conseguir esta entrevista."
Cuando procesé aquel interrogatorio televisivo, me di cuenta de que nada cuadraba. Ni Évole parecía un interrogador objetivo, dispuesto a llegar a la verdad cueste lo que cueste, ni Eufemiano Fuentes parecía un maloso vil y fementido que se merece lo que le ha pasado y mucho más.
Al día siguiente me enteré de que Évole había estado persiguiendo a Fuentes durante cuatro años para conseguir esta entrevista. Y entonces tuve una visión, y ante mi, como en un teatro ambulante, se aparecieron estas dos personas transformadas en personajes. Y empezaron a jugar al gato y al ratón. Y me pude por fin hacer un relato más coherente con la realidad de lo que vi y escuché.
¿Por qué querría Eufemiano Fuentes conceder una entrevista ahora?
¿Para qué sacrificarse en el ara de la verdad puritana cuando tiene una sentencia absolutoria? Puede que, recién jubilado, ya no tuviera inconveniente alguno en decir todo lo que se pueda decir hasta el límite de la querella.
De hecho él mismo decía que era eso.
También podría ser un ajuste de cuentas con todos aquellos que, pudiendo haber estado involucrados, se fueron de rositas sin ayudarle.
Pero él negaba que fuera eso.
"Evole pensó que estaba quijoteandose a un sinvergüenza, y exponiéndolo ... Y Eufemiano le explicó a la cara, sin pestañear, que todo lo suyo es teatro."
Y entonces me imaginé una razón mucho más literaria, por ello mucho más interesante, y, de puro imaginada, mucho mejor: Fuentes concedió la entrevista porque aceptó el reto que, sin saberlo, le proponía Evole. Es cuestión de perspectiva. Evole pensó que estaba quijoteandose a un sinvergüenza, y exponiéndolo ante la bella y bondadosa nación española encarnada en su honesto y bienpensante pueblo. Y Eufemiano les explicó a la cara, sin pestañear, que todo lo suyo es teatro. Y lo más hermoso de todo el episodio es que nadie se dio cuenta. Brillante.
Entiéndanme, no es que crea que Eufemiano Fuentes sea inocente, o culpable. Ni creo que no mintiera o dejara de hacerlo. Él hizo una cosa mucho más brillante: jugó al juego que le proponían, pero dándole la vuelta. Y eso no le hace menos tramposo, o más, si es que lo fue. Pero pone de manifiesto de forma elegante y teatral lo que él fue a poner de manifiesto: tramposos son todos, incluidos todos los que le condenaron sin sentencia, y el propio Évole.
"no es que crea que Eufemiano Fuentes sea inocente, o culpable ... que no mintiera o dejara de hacerlo ... jugó al juego que le proponían, pero dándole la vuelta."
"Eufemiano mostró que el problema es estructural. Que los deportistas no son entes puros, sino jugadores en un juego en el que solo comen bien los que despuntan mucho, y para eso hay que forzar los límites."
Eufemiano no contó nada nuevo. Fermín Cacho estaba presente en su caso desde el principio, cuando asomó por aquella carpeta que Fuentes paseaba por el juzgado. El Real Madrid sonaba mucho antes de la entrevista. Que, al menos durante alguna época, todo el pelotón se protegió del desgaste y el cansancio como pudo, no es ninguna novedad. Que las federaciones no lo impedían explicitamente, pero tampoco lo perseguían ... no es noticia fresca. Así que ... ¿qué fue a hacer allí el médico? Sobre todo dos cosas:
1. Jugar al gato y al ratón con una estrella de la tele, dejándole con la sensación incómoda de no saber quien fue gato y quien ratón. Jordi quería hacer su juego cómodo, y ejercer su papel de inquisidor, es decir su personaje, mientras la persona que está enfrente se desnudaba, sin personaje y sin protección en aras de la verdad. Pero no fue así. Eufemiano hizo un personaje que desenmascaraba el de Évole. Y cuestionó la verdad objetiva y decente que pretendía imponer la estrella, mostrando que era, al menos, tan impostada como la del propio Fuentes. Que ese desnudo integral moral se pretendía a un sueldo astronómico, en hora de máxima audiencia, compitiendo con la ventaja que se pueda – cuanta más mejor – y dando por sentado que el entrevistado es culpable. Buscando carnaza.
2. Dejar claro que él no fue ni el único ni el peor. A pesar de que esa versión le iba mal a Évole, que se empeñaba en una confesión maritiriológica y villanizante. Eufemiano mostró que el problema es estructural. Que los deportistas no son entes puros, sino jugadores en un juego en el que solo comen bien los que despuntan mucho, y para eso hay que forzar los límites. Y él era un experto en límites. De hecho fue de los mejores, si no el mejor. Citius, altius, fortius, ¿no es eso? Y federaciones, entidades deportivas privadas y deportistas, estaban todos de acuerdo. ¿Y por qué? Porque el pueblo quiere circo, y hay mucho dinerito en juego para quien se lo proporcione. Y su puritanismo al respecto es tan impostado como el de Évole o como el show que nos proporcionó ayer Eufemiano Fuentes.
Eufemiano se negó a ser chivo expiatorio por decreto. Y para evitarlo escogió una vía inteligente y creativa.
"... a Fuentes se le intentó utilizar como ánodo de sacrificio para salvar una situación en la que estaba involucrado casi todo el mundo deportivo."
No conozco al personaje, ni estoy seguro de entender bien cómo se regula el dopaje ni por qué. Ni para quien. Pero desde ayer estoy aun más seguro de que a Fuentes se le intentó utilizar como ánodo de sacrificio para salvar una situación en la que estaba involucrado casi todo el mundo deportivo. Y que Évole calculó mal su inteligencia y su valor.
Y al final, el FIN: El ratón se acabó comiendo al gato.
¿Quieres ver la entrevista?
Sigue el link para ir a la página web de la Sexta y ve la controvertida entrevista con tus propios ojos:
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